Normativa e Historia

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1980.

La constante ola de crímenes y violación de los derechos humanos iba en aumento, la humanidad estaba protestando contra los grandes líderes por diversos motivos y esto no solo sucedía en un determinado país, era por el contrario algo global. La famosa “huelga de acero” en Reino Unido, el asesinato del presidente de Sicilia, Piersanti Mattarella a manos de la mafia, en Bristol estalla el motín de St. Pauls, en la India el fallecimiento de Sanjay Gandhi hijo de Indira Gandhi estremece al país, en Siria se da el intento de asesinato contra el presidente Hafez al-Assad, en Turquía el ex primer ministro Nihat Erim es asesinado y en España los marqueses de Urquijo. Parecía como si todo lo malo se hubiese preparado para suceder en un determinado año.

A mediados de invierno se dio inicio al proyecto “St. Andrews”, las personas más influyentes del mundo estaban en la cuerda floja, todos viviendo con la inseguridad de ser atacados en cualquier momento y por ello diversas figuras decidieron poner un alto a todo esto, necesitaban algo que les asegurara protección, algo que fuese más allá de un equipo de seguridad. Necesitaban saber que aún tenían esperanzas de vivir una vida normal fuera de todo aquello que los atormentaba día a día.  

¿ Y qué era el proyecto “St. Andrews”?

Se propuso una medida extrema de seguridad, los líderes sabían que ellos no podían dejar sus puestos y albergarse en un refugio, sería muy absurdo porque eran personas que vivían de eso, pero como personas ellos también tenían seres queridos, en específico su descendencia. Enviarlos a escuelas y universidades públicas no estaba a discusión, enviar un equipo de seguridad tampoco era una solución adecuada, es así como Katherine Hoffman una de las mujeres más influyentes de la época sugirió el proyecto St. Andrews.

Constaría en una academia donde se mantendrían resguardados los hijos de políticos, empresarios importantes, figuras del medio artístico y hasta descendencia de mafiosos conocidos. Sí, aunque suene muy duro de creer, algunos mafiosos adoraban a sus joyitas y tenían intención de mantenerlos fuera del peligro que implicaba su trabajo. La academia contaría con un equipo de seguridad de primera categoría, solo lo mejor de lo mejor, tendría con un escape de emergencia en casos de ataques masivos y una localización poco conocida en Ámsterdam. Dañar a alguno de los estudiantes era básicamente imposible.

1985.

El lugar es una perfecta mezcla entre arte y seguridad, la estructura es una completa obra de arte sumando que está mucho más protegida que la misma Casa Blanca. – Ekerd Thuddor

El cuatro de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco, la academia St. Andrews hizo su apertura oficial, luego de cinco años de planificación y construcción al fin se obtuvo un resultado concreto. Inició con un total de dos mil alumnos provenientes de diversas partes del mundo, solo admitiendo a los que tenían suficiente importancia y buena cantidad de dinero que aportar al mantenimiento de proyecto. La academia hizo firmar a todos los padres de los alumnos, así como también empleados, la juramentación de mantener el lugar únicamente como un mito, nadie tenía que enterarse que los hijos de las personas más influyentes yacían ahí.

Hubiese sido excelente si todos mantenían la boca cerrada…  

1996.

La academia iba tal como lo habían planeado sus creadores, para mil novecientos noventa y seis, ya contaba con cerca de cuatro mil estudiantes. Habían elevado la apuesta, así se decidieron a impartir también como una universidad, ampliaron la plana docente e hicieron facultades, fue un proyecto de millones, no les costó más de cinco años el habilitar la educación universitaria con todo el apoyo recibido por los padres de los alumnos. Todo parecía marchar bien hasta aquel fatídico treinta y uno de diciembre.

“¡Código Dellambri repito, código Dellambri! –gritó a través del micrófono general la jefa del departamento de inteligencia.
Seguido de ello el sonido de una bala y un grito desgarrador resonó por los altavoces, una risa macabra era lo único que los estudiantes pudieron oír al final antes de que los altavoces cortaran todo sonido.”

Tres días después del incidente y de la evacuación total de los alumnos, se dio a conocer que veintiséis de los estudiantes habían sido torturados y asesinados cerca al lago. Exactamente veintiséis cuerpos, las féminas presentaban signos de violación y mutilaciones, a tres de ellas le encontraron objetos punzo-cortantes en sus zonas íntimas y todas habían sido rapadas. Los varones que en su totalidad fueron quince, se les había mutilado los miembros viriles y cocido los labios de forma escalofriante. Ni siquiera los criminólogos más preparados esperaron ver una imagen como esa, era simplemente inhumano lo que había ocurrido.

Luego de ello St. Andrews cerró.

2011

Habían transcurrido quince años desde aquel macabro incidente que puso fin al proyecto St. Andrews. Sin embargo, muchas personas quedaron insatisfechas con el cierre, Agatha James fue la cabeza al mando del proyecto “Fénix St. Andrews”, que estuvo constantemente en debate entre las figuras más influyentes de la actualidad, claro está que era todo en secreto.

Los medios habían olvidado que alguna vez existió St. Andrews y tomando eso como ventaja Agatha sugirió que la academia resurgiera como el Fénix. Luchó día y noche, propuso medidas de seguridad con la última tecnología, triplicar los empleados con el fin de poder brindar alivio a los padres que aún desconfiaban del proyecto. Esos padres habían sido en su mayoría alumnos que vivieron el terror de St. Andrews, así que convencerlos fue como tratar de mover una montaña, pero ella no se rindió.

Dicen que el persevera alcanza y eso pasó con el proyecto Fénix. St. Andrews entró en una remodelación total luego de más de una década.

2016 –Actualidad.

La academia de estudios secundarios y superiores St. Andrews, abrió sus puertas el dieciocho de marzo luego de dos décadas de su cierre total. Se estima un total de tres mil estudiantes en su apertura, en la actualidad no solo alberga a hijos de personas sumamente importantes, sino también con el implemento del “fénix” ahora recibe aprendices de guardias y enfermeras, que estarán al servicio de los estudiantes y en un futuro servirán a la academia.

Aún las heridas de mil novecientos noventa y seis no han sanado por completo, les está costando avanzar, aún más sabiendo que el grupo que atacó a los estudiantes en esa época jamás fue encontrado, ni con los mejores detectives, el caso quedó cerrado y sellado. Si St. Andrews resurgió como el fénix, ¿qué nos asegura que esos criminales no resurgieron también?

Deberías mantener los ojos bien abiertos si quieres permanecer a salvo en éste lugar, primera regla de St. Andrews: nunca te fíes ni de tu sombra. ¿Estás listo para descubrir los secretos que alberga éste enorme sitio?